Se ha hecho en el marco del proyecto Life Resque Alpyr, coordinado por el CEAB-CSIC, y que recupera humedales en espacios protegidos de los Pirineos y de los Alpes. Se ha realizado una tala selectiva en un área de 2,4 hectáreas para que las plantas y otros organismos endémicos tengan más agua disponible. Una de las amenazas de las turberas es la proliferación de árboles, acentuada en las últimas décadas y que merma el agua disponible.

En el marco del proyecto Life Resque Alpyr, coordinado por el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC), se están realizando diferentes acciones para restaurar los ecosistemas de turberas en espacios protegidos de los Pirineos y los Alpes.

Esta temporada de verano han finalizado con éxito los trabajos de talas selectivas de árboles que se han llevado a cabo en Pla Muntaner, dentro del monte patrimonial de “Tossal, St. Magi, Castell y Abad” de la Generalitat de Cataluña en el municipio de Montferrer i Castellbò (Lleida), que se encuentra en el Parque Natural del Alt Pirineu.

“La actuación se ha podido realizar completamente este inicio de verano velando por no afectar a ningún hábitat o especie sensible. La combinación de voluntariado y trabajadores forestales profesionales en esta tarea ha permitido al mismo tiempo realizar un trabajo eficaz y una mejora en la concienciación ambiental de la ciudadanía a través del voluntariado en acciones de restauración de la naturaleza como ésta” declara Marc Garriga, director del Parque Natural del Alt Pirineu.

La tarea de tala, desmochado y acopio de restos se ha realizado a través de voluntariado (con herramientas manuales) y trabajadores (con motosierra) de la Fundación Proyecto Bosques de Montaña, con la participación de ocho voluntarios, y ha permitido cortar 2050 árboles en 2,4 hectáreas que engloban la turbera de 1,5 hectáreas.

Se han dejado cinco grupos arbóreos (de unos cinco pies cada uno) con la finalidad de que sirvan de refugio para la fauna. En la medida de lo posible, se ha trabajado con medios manuales para evitar dañar el sistema turboso. La extracción de los troncos talados y el triturado de los restos de ramaje generado se ha realizado con tractor forestal con cabrestante y trituradora de martillos sin entrar en ningún momento en el sistema turboso, para evitar degradarlo.

El marcaje y la supervisión técnica ha corrido a cargo del órgano gestor del Parque Natural del Alt Pirineu, y el seguimiento científico ha ido a cargo del grupo Geoveg de la Universidad de Barcelona.

Turberas: ambientes frágiles y vulnerables

Las turberas tienen una amplia gama de funciones ecosistémicas, ya que actúan como reguladoras del ciclo del agua en las montañas y como almacén de carbono orgánico. Además, ofrecen refugio a especies altamente especializadas, entre las que son frecuentes especies únicas y raras. Entre ellas se encuentran algunas especies de Carex o de Sphagnum conocidas de pocas localidades pirenaicas.

Debido a estas particularidades, tanto la vegetación como los organismos que viven en las turberas son muy sensibles a los cambios ambientales. Entre estos cambios, destacan la disminución de precipitaciones, el aumento de las temperaturas y la actividad humana.

La pérdida y degradación de las turberas que se ha producido en las últimas décadas, ha llevado a una disminución del 70% de su superficie total en Europa.

El abandono de los usos tradicionales de la montaña, una de las causas de la colonización de árboles en estos humedales

La mayoría de turberas de los Pirineos no contienen pinos adultos, pero la colonización y crecimiento de árboles en estos humedales se ha más que duplicado en los últimos 70 años, detalla la investigadora Eulàlia Pladevall de la Universidad de Barcelona (UB). Este incremento desmedido es debido al abandono de los usos tradicionales, al incremento global de la temperatura y al prolongamiento de los períodos de sequía estival.

“La presencia de pinos en las turberas también viene de antiguo. Pero en muchas, sobre todo en las de altitud moderada, se ha incrementado notablemente la cubierta arbórea, pasando de poblaciones muy dispersas de pinos mal crecidos, a cubiertas medianamente densas”, añade el profesor Josep M. Ninot, de la UB.

La expansión y crecimiento de árboles en las zonas de turbera provocan un descenso de la capa freática del agua, comprometiendo la conservación de estos hábitats a largo plazo. La sombra generada por las copas de los árboles también afecta negativamente a la biodiversidad del humedal, ya que la intensidad de luz que llega a las plantas herbáceas y a los musgos es inferior.

El proyecto Life Resque Alpyr

Estos trabajos se enmarcan dentro del proyecto Life Resque Alpyr, destinado a recuperar ecosistemas acuáticos y semiacuáticos de montaña mejorando la conservación de diversos hábitats y especies objetivo en cuatro áreas de la red Natura 2000 de la región biogeográfica alpina de los Pirineos y los Alpes. El proyecto está liderado por el investigador Marc Ventura, del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB) del CSIC.

Life Resque Alpyr es la continuidad de un proyecto anterior, Life LimnoPirineus, gracias al cual se pudieron determinar las actuaciones más efectivas para recuperar los hábitats acuáticos de alta montaña.

Comunicación CEAB-CSIC  y Delegación del CSIC en Cataluña

 

 

 

Tala selectiva en la zona húmeda de Pla Muntaner (Lleida), en el marco del proyecto Life Resque Alpyr. Imagen: Eulalia Pladevall.

Tala selectiva en la zona húmeda de Pla Muntaner (Lleida), en el marco del proyecto Life Resque Alpyr. Imagen: Eulalia Pladevall.