Realizado por arqueólogos de la Institución Milà i Fontanals (IMF-CSIC) junto con profesionales sirios de Palmyrene Voices de la ONG Heritage for Peace, describe la destrucción de los restos arqueológicos, de la ciudad moderna y el desplazamiento de más del 90% de la población. El documento subraya la urgencia de implementar estrategias de reconstrucción de la ciudad moderna y el regreso de sus habitantes para garantizar la conservación del espacio arqueológico.
Palmira es uno de los enclaves más célebres de Siria por sus extraordinarios restos arqueológicos. Inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial en 1980, la ciudad vio gran parte de ese patrimonio destruido por la guerra. Tras la caída del régimen de Bashar al-Ásad, el pasado 8 de diciembre, una iniciativa de la Institución Milà i Fontanals de Investigación en Humanidades (IMF-CSIC) y de la iniciativa Palmyrene Voices de la ONG Heritage for Peace ha realizado un estudio de campo para analizar el estado actual de los monumentos arqueológicos y las áreas residenciales, en comparación con su condición antes de la revolución siria, en 2011. Los resultados del estudio muestran graves daños en los restos arqueológicos, incluyendo monumentos como el Tetrapylon o el teatro romano., y del 80% de la ciudad moderna.
“Nuestro objetivo”, comenta Isber Sabrine, arqueólogo del CSIC y uno de los coordinadores del informe, “es concienciar tanto a las comunidades locales como a la comunidad internacional sobre las graves amenazas que enfrenta el patrimonio de Palmira”. Sabrine es arqueólogo de origen siriano y, actualmente, investigador de la IMF-CSIC. También son coordinadores del informe Hasan Ali y Mohammed Fares, arqueólogos de Palmira y miembros de la iniciativa Palmyrene Voices. Este trabajo se ha completado con datos aportados por un equipo de 15 observadores, entre los que se encuentran ciudadanos de Palmira, arqueólogos y refugiados que acaban de volver a la ciudad.
El 80% de la ciudad destruida o al borde del colapso
El informe destaca los desafíos históricos y recientes, incluyendo los períodos de represión bajo las presidencias de Hafez al-Assad (1971-2000) y Bashar al-Assad (2000-2024), así como los daños devastadores durante la ocupación del Estado Islámico (ISIS).
Los edificios documentados y los restos arqueológicos abarcan aproximadamente unos 12 kilómetros cuadrados, incluyendo el Oasis de Efqa. La mitad de este último, de unas 400 hectáreas, quedó calcinado en los incendios de 2020 provocados por el régimen de Al-Assad.
El 80% de los edificios de la ciudad moderna están destruidos o al borde del colapso, señala el informe, a lo que se suma la presencia de minas antipersona y armas. Servicios básicos como agua, electricidad, internet, educación y sanidad son casi inexistentes para la población, que sufre una grave pobreza. Han regresado unas 10.000 personas, aproximadamente el 10% de los 100.000 habitantes de Palmira.
Daños en el patrimonio arqueológico
Además del daño en la ciudad, los observadores han documentado el deterioro causado en los 12 monumentos y sitios arqueológicos más importantes, incluyendo desde restos romanos como el Tetrapylon (conjunto monumental de cuatro grandes zócalos con cuatro columnas en cada uno de ellos, del siglo II), el teatro romano (siglo II) o el Campamento de Diocleciano (siglo III), hasta el Castillo de Palmyra o Qalʿat Ibn Maʿn (del siglo XIII), el Valle de las tumbas (siglo I) o el Museo Arqueológico de Palmira, entre otros.
Así, por ejemplo, las cuatro estructuras del Tetrapylon fueron objeto de explosiones que redujeron sus columnas a un montón de fragmentos de piedra dispersos. El Templo de Baal-Shamin, de unos 2.200 años de antigüedad, ha quedado también reducido a escombros.
Sobre el teatro romano, los investigadores atestiguan un derrumbe en su fachada, dañada por bombardeos. También se han hallado señales de excavaciones ilegales.
Del Museo Arqueológico, el informe destaca que la mayoría de las estatuas y sarcófagos funerarios están dañados, y la estructura del edificio está afectada por bombardeos aéreos.
No hay personal suficiente que se procure la protección de los restos arqueológicos y del Museo, puesto que la ciudad moderna está inhabitable. La disponibilidad de más personal para la protección y conservación del patrimonio en Palmira está directamente vinculada al regreso de su población, afirman los autores del informe: “Actualmente, la ciudad se enfrenta s desafíos significativos debido a la devastación causada por el conflicto, lo que ha llevado al desplazamiento masivo de sus habitantes”.
Acuciante necesidad de reconstruir
El informe señala que para que Palmira pueda recuperar su vitalidad y contar con los recursos humanos necesarios para la gestión de su patrimonio, es esencial priorizar la reconstrucción de sus infraestructuras básicas y zonas habitables. “Sin viviendas, servicios esenciales y oportunidades económicas, el retorno de la población será limitado, lo que dificultará la disponibilidad de profesionales y trabajadores locales para la conservación del patrimonio”, apunta Sabrine.
El informe “persigue inspirar a las comunidades locales e internacionales para que reconozcan las amenazas a las que se enfrenta Palmira, y la acuciante necesidad de rehabilitar y reconstruir su yacimiento arqueológico, su oasis y sus zonas residenciales”. También “subraya la necesidad urgente de implementar estrategias de rehabilitación y reconstrucción del sitio arqueológico y de la ciudad moderna de Palmira para garantizar la conservación de este sitio de importancia global, y la vuelta de la gente”.
Esta acción conjunta refuerza el compromiso del IMF-CSIC y la Iniciativa Voces de Palmira en la defensa del patrimonio cultural y la reconstrucción de una Siria postconflicto.
CSIC Comunicación Cataluña / CSIC Comunicación
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Imagen que muestra la destrucción del Templo de Nabu. / Créditos : Mohammed Fares