Josep Lloret, biólogo marino e investigador científico del CSIC en el Instituto de Ciencias del Mar (ICM), abordará este controvertido tema en el ciclo de conferencias “Lunes de Ciencia”.
¿Puede la eólica marina ser compatible con las áreas marinas protegidas y el bienestar de las comunidades costeras locales? ¿Es posible desarrollarla sin afectar significativamente a la diversidad marina? Estas y otras preguntas intentará responder a Josep Lloret, biólogo marino e investigador científico del CSIC en el Instituto de Ciencias del Mar (ICM), el próximo lunes a las 18:00 h., en la Residencia de Investigadores (calle hospital, 64. Barcelona, o online via youtube)
Lloret participa en la actualidad en dos grandes proyectos que intentan dar respuesta a este reto. Por un lado, NID4OCEAN, proyecto europeo que estudia diseños respetuosos con la naturaleza para conciliar las renovables con la protección de los océanos. Y BIOPAIS, financiado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), que evalúa los potenciales impactos ecológicos y sociales de los parques eólicos marinos en zonas de elevada biodiversidad y alto valor paisajístico en el Mediterráneo.
Uno de los resultados recientes de este segundo proyecto fue la estimación de que hasta 135 especies vulnerables (entre ellas, aves marinas, tiburones o manadas) tienen más riesgo de sufrir los impactos de esta tecnología en el Mediterráneo.
El Mediterráneo tiene una plataforma continental estrecha y una batimetría abrupta, lo que implica que se dispone de poco margen para instalar los aerogeneradores. Aunque la plataforma es pequeña, en ella existe una proporción de especies y hábitats amenazados mucho mayor que en los mares del norte de Europa. Todo ello limita en gran medida el potencial de la energía eólica marina en el Mediterráneo, en comparación con el Báltico y el Mar del Norte, donde se han instalado parques eólicos.
Los científicos trabajan un paquete de recomendaciones
Los científicos están elaborando actualmente una serie de recomendaciones que sirvan a las administraciones en el momento de tomar decisiones. Sin embargo, ya avanzaron algunas, como la recomendación básica de excluir y alejar a la eólica marina de las áreas marinas protegidas, y la necesidad de equilibrar la balanza entre la eólica marina, para dar respuesta a la crisis climática, y la preservación de la biodiversidad marina.
«No toda la eólica marina es economía azul», advierte Lloret. «Los impactos ecológicos pueden ser importantes y deben ser analizados localmente antes de aprobar un proyecto o zona para la eólica marina».
Y es que una misma «talla» no sirve para todos los casos. «Es imperativo excluir los parques eólicos comerciales y experimentales de dentro y alrededor de áreas marinas protegidas, no sólo de espacios protegidos Natura 2000 sino también de otras áreas protegidas». Sí podrían ponerse, contrasta, “en lugares degradados, como por ejemplo las zonas ya industrializadas. Hay que valorar el contexto local, las características ecológicas y socioecológicas de cada sitio”, concluye Lloret.
El proyecto BIOPAIS está financiado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea-NextGenerationEU.
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Aerogenerador marino flotante DEMOSath, en España. Foto: D Sullivan 2 / Wikipedia.