La combinación de tecnologías de bajo coste y el uso de microalgas y corcho son capaces de eliminar contaminantes presentes en el agua. Estas soluciones basadas en la naturaleza podrían tener un impacto positivo en 20 millones de personas que viven en zonas rurales europeas.
La jornada final del proyecto LIFE Spot, financiado por la Comisión Europea, se celebró el pasado viernes 28 de junio con la presencia de representantes de los cinco socios del proyecto: IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias), el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), FACSA, EURECAT (Centro Tecnológico de Cataluña) y Protecmed. Durante el evento, que tuvo lugar en la sede del IDAEA-CSIC, se expusieron las principales conclusiones y logros obtenidos a lo largo del desarrollo del proyecto.
Iniciado en 2019, el proyecto LIFE Spot tenía como objetivo principal el tratamiento de las aguas subterráneas contaminadas por actividades agrícolas y ganaderas mediante soluciones basadas en la naturaleza para la producción de agua potable. Tras años de trabajo intensivo, el proyecto ha demostrado con éxito la viabilidad técnica, ambiental y económica de un nuevo tratamiento sostenible del agua subterránea para convertirla en agua potable. Este innovador tratamiento combina tecnologías de bajo coste y se basa en un proceso natural que utiliza microalgas y un biofiltro desnitrificante compuesto por pellets de madera y corcho, capaces de eliminar tanto los nitratos como los posibles microcontaminantes presentes en el agua.
Los socios del proyecto destacaron durante la jornada que esta solución proporcionará recursos hídricos esenciales en áreas vulnerables a la contaminación por nitratos, especialmente en zonas rurales aisladas, así como en los sectores ganadero y turístico. Esta tecnología aborda un problema ambiental significativo desde un enfoque de adaptación al cambio climático.
“Los biofiltros de corcho y las microalgas nos ha permitido eliminar hasta el 99% de nitratos y el 73% de pesticidas en las aguas de las plantas piloto”, explica Víctor Matamoros, investigador del IDAEA-CSIC y miembro del consorcio LIFE Spot. “Gracias a esta tecnología, más de 20 millones de personas en Europa podrían tener acceso a agua subterránea potable”.
El uso de esta tecnología basada en la naturaleza se realizó en tres zonas rurales afectadas por la contaminación agrícola: Nules (Castellón), Caldes de Montbui (Barcelona) y Perpiñán (Francia). Cabe recordar que el éxito del proyecto ha sido posible gracias también al apoyo del Ayuntamiento de Nules, que facilitó una planta piloto implementada por Facsa en las instalaciones de tratamiento por ósmosis inversa del Servicio Municipal de Abastecimiento de Agua Potable. Esta colaboración ha sido fundamental para demostrar la eficacia y viabilidad del tratamiento propuesto por LIFE Spot.
Este proyecto ha sido un claro ejemplo de cooperación y esfuerzo conjunto, demostrando que es posible abordar desafíos ambientales complejos mediante soluciones innovadoras y sostenibles.
FACSA / IDAEA-CSIC Comunicación

Las microalgas y los biofiltros de pellets de madera y corcho han podido eliminar el 99% de nitratos y el 73% de pesticidas. Fuente: Yolanda Rodríguez.