Una investigación  en Trends in Plant Science, con participación del CSIC y el CREAF, revela que chat GPT no alcanza la creatividad humana en la investigación sobre plantas, aunque sí puede agilizar el trabajo. El estudio consultó con el chat GPT cuáles son las 100 prioridades de la investigación de las plantas. En su respuesta no le dio mucha relevancia al cambio climático o a la captura de carbono pero presentaba un sesgo hacia el desarrollo de productos sostenibles. Los autores también alertan que el chat GPT no contempló aspectos como nuevas políticas de carbono neutral o la importancia de mantener la biodiversidad genética.

Un nuevo estudio en Trends in Plant Science demuestra que ChatGPT puede ayudar a formular preguntas científicas sobre plantas, aunque las propuestas son limitadas, ya que no le da mucha importancia al cambio climático o a la captura de carbono, en comparación con el peso que sí que tiene para la comunidad científica. Además, no contempla aspectos como el contexto político, estudios más recientes o la necesidad de plantear investigaciones multidisciplinarias. En vista de estos resultados, el equipo de autores alerta que el listado debe enriquecerse siempre con la mirada humana. “Hemos detectado un sesgo hacia el contenido más abundante. Así que si sólo nos basamos en esta tecnología, nos arriesgamos a estrechar la perspectiva científica”, comenta Josep Peñuelas, investigador del CSIC en el CREAF y uno de los autores. Un ejemplo de este sesgo es que, según ChatGPT, la prioridad número uno de las investigaciones debería ser desarrollar productos sostenibles con plantas, “creemos que el motivo es que hay mucho contenido en la red que relaciona plantas y productos fitosanitarios, medicamentos, ropa, etc.”, apunta Peñuelas.

Las 100 prioridades 

Para llevar a cabo la investigación los autores preguntaron al Chat GPT los 100 temas críticos en los que la ciencia de las plantas debe centrarse en los próximo años. Las respuestas las compararon con un estudio científico internacional en el que se ya se habían consensuado estas 100 preguntas. “Nuestro objetivo era evaluar las diferencias y saber hasta qué punto los resultados eran similares”, explica Peñuelas. Cuando compararon ambas listas, observaron que las dos incluían temas como las interacciones entre plantas y polinizadores, la fijación del nitrógeno o el uso de plantas para elaborar productos sostenibles. Sin embargo, el chat GPT no incluyó preguntas que los investigadores consideran muy relevantes. Entre ellas, temáticas relacionadas con el cambio climático y la captura de carbono, “muy presentes en la agenda social y política”, explica Peñuelas. Tampoco propuso temas punteros como el estudio del sistema inmune de las plantas o priming, que puede contribuir a desarrollar ‘vacunas vegetales’ contra patógenos, insectos y otros estresores o investigar el potencial de las algas marinas para disminuir la contaminación “probablemente porque todavía no hay mucha información publicada”, aclara Peñuelas.

Por otro lado, también consultaron con el Chat GPT los 10 temas más relevantes de la ciencia de las plantas y dónde debería poner el foco la investigación en la segunda mitad del siglo XXI y el siglo XXII. Respondió de manera diferente a cada pregunta, “esto demuestra que es capaz de dar respuestas diferentes según el escenario”, comenta Peñuelas. 

En la investigación han participado el CREAF, el CSIC, la Universidad de Nanjing, la Universidad de Berlín y el Instituto de Investigación Avanzada sobre Biodiversidad de Berlín-Brandemburgo (BBIB). Los autores concluyen que el chat GPT puede ahorrar tiempo a la hora de revisar bibliografía y analizarla, pero alertan de que se debe utilizar con mucha cautela y siempre contando con la visión de la comunidad científica.

Las limitaciones de basar la ciencia en la IA

Los resultados de la investigación también revelan que el Chat GPT no tiene en cuenta cuestiones que requieren una comprensión más profunda del mundo «algo imprescindible para que la ciencia avance». Por ejemplo, no menciona  que es importante transferir los resultados científicos a la política; fortalecer el vínculo entre ciencia y sociedad; mantener la biodiversidad genética entre la vegetación, esencial en un contexto de crisis climática y de biodiversidad, o la importancia de que la ciencia colabore otras disciplinas, entre ellas, la arquitectura o la ingeniería para reverdecer las ciudades o el sector agrícola para abordar la seguridad alimentaria. “Estos matices, de momento, aún no los puede apreciar”.

Artículo de referencia

Agathokleous, E., Rillig, M.C., Peñuelas, J., Yu, Z. 2023. One hundred important questions facing plant science derived using a large language model. Trends in Plant Science https://doi.org/10.1016/j.tplants.2023.06.008

Comunicación CREAF / Comunicación CSIC

 

Nubes con las 50 palabras más frecuentes en las 100 preguntas importantes a las cuales se enfrenta el estudio de las plantas: a la izquierda las obtenidas mediante ChatGPT y a la derecha las provenientes del equipo investigador. Autor: Agathokleous, E. et al.

Nubes con las 50 palabras más frecuentes en las 100 preguntas importantes a las cuales se enfrenta el estudio de las plantas: a la izquierda las obtenidas mediante ChatGPT y a la derecha las provenientes del equipo investigador. Autor: Agathokleous, E. et al.