El estudio publicado en Nature Foods lo estima con pruebas experimentales, modelos y datos de los 14 países que producen el 90% del arroz mundial. La variedad japonica, que se cultiva en países con rentas medias o altas, se verá más beneficiada por el aumento de CO₂ atmosférico que en el caso de la variedad indica, típica de países con rentas bajas y más perjudicada por el cambio climático.El cambio climático también provoca que el arroz sea menos nutritivo, lo que empeora todavía más el escenario futuro en estos países. 

Millones de personas en todo el mundo dependen de la producción de arroz para sobrevivir, muchas de ellas viven en países muy pobres con altos niveles de malnutrición. Un artículo publicado recientemente en Nature Foods y liderado por un equipo internacional con participación del CREAF y el CSIC, alerta de que las diferencias de producción de arroz entre países ricos y pobres se están ampliando, debido al incremento de CO₂ en la atmósfera y el aumento de temperaturas. El estudio demuestra cómo, entre el 2020 y el 2090, el incremento de CO₂ provocará un aumento de la producción de arroz en los países ricos o de rentas medias, como China, Japón o Vietnam, mientras que países como la India, Bangladesh e Indonesia, podrían ver estancada su producción o, incluso, reducida. El estudio, además, recuerda que la ciencia ya ha demostrado que, en estos países, el cambio climático también provoca que el arroz cada vez sea menos nutritivo y esto empeora todavía más la situación la problemática que plantea el artículo.

Los resultados se han obtenido con datos que provienen de experimentos de campo, donde se han reproducido altas concentraciones CO₂, también han incluido datos de los modelos de cultivo que provienen de los 14 países que acaparan el 90% de la producción de arroz a nivel mundial. Los análisis demuestran que la producción global de arroz aumentará un 7,6% en la década del 2050 gracias al efecto de fertilización del CO₂. Sin embargo, este aumento no será uniforme en todas las regiones del planeta y variará según el tipo de arroz que se cultiva en cada lugar. Por ejemplo, sí que beneficiará a las variedades de arroz que se cultivan en las zonas del mundo con rentas más elevadas, como es el caso de la variedad japonica que se cultiva en latitudes altas. En cambio, no beneficiará a la variedad indica, que se suele plantar en países de rentas y latitudes bajas, zonas donde la temperatura será todavía más alta y donde se anularán los efectos beneficiosos de la fertilización por CO₂.

«Los países de bajos ingresos probablemente sufrirán la mayor parte de los impactos del cambio climático en la producción de arroz», explica Josep Peñuelas, profesor de investigación del CSIC en el CREAF y coautor del estudio. «Estos resultados nos alertan que es crucial que invirtamos en estrategias para ayudar a estos países a adaptarse, entre otras cosas, desarrollar variedades de arroz más resistentes al cambio climático y mejorar las prácticas agrícolas.»

Arroz menos nutritivo

De hecho, el estudio no sugiere que la elevada concentración de CO2 sea beneficiosa per se para la producción de arroz global. Otras investigaciones han demostrado que la elevada concentración de CO2 puede comportar la reducción de la calidad nutricional de las cosechas básicas como el arroz y el trigo, con bajadas en el contenido de proteína en el grano, minerales esenciales y vitaminas.
Esto añade un reto más a la lucha contra la desnutrición global, especialmente en los países más pobres. Así, los resultados solo indican que la disparidad en el efecto de la fertilización por CO₂ sobre el rendimiento del arroz entre los países de bajos ingresos y los de medio a altos ingresos podría aumentar a lo largo de este siglo y a esto se le añadirían las preocupaciones nutricionales. “Por lo tanto, debemos seguir estudiando cómo aprovechar la fertilización por CO₂ para aumentar el rendimiento del arroz y, en paralelo, resolver este empobrecimiento asociado del valor nutricional”, concluye Peñuelas.

Ayuda internacional y transferencia de conocimiento 

Esta desigualdad creciente que revela el artículo ha llevado al equipo de investigación a complementarlo con una serie de recomendaciones para frenar la inseguridad alimentaria y las diferencias económicas a nivel global. Entre las recomendaciones, se proponen tres acciones a llevar a cabo en estos países: fomentar prácticas agrícolas avanzadas y desarrollar variedades de cultivos resilientes al cambio climático; aportar capital internacional para financiar la investigación y mejorar el desarrollo agrícola; así como fomentar la cooperación global, compartiendo conocimientos y recursos.

“Esperamos que artículos como este contribuyan a los esfuerzos globales para combatir el hambre y la pobreza en todo el mundo. Hace falta que la sociedad sea consciente de que, a medida que el mundo se enfrenta a los desafíos del cambio climático, la producción de una fuente de alimento crítica como el arroz, será un reto cada vez más grande que tenemos que abordar”, concluye Peñuelas.

Artículo de referencia: Song, L., Tao, Y., van Groenigen, K.J. et al. Rising atmospheric carbon dioxide concentrations increase gaps of rice yields between low- and middle-to-high-income countries. Nat Food (2024). https://doi.org/10.1038/s43016-024-01021-x

Comunicación CREAF

Campos de arroz. Freepik.

Campo de arroz. Freepik.