Una innovadora investigación sobre la dieta de cabras actuales, tanto domésticas como salvajes, ha permitido identificar diferencias en la alimentación de ambos grupos. La capacidad de distinguir entre las dietas de animales salvajes y domésticos es clave para entender los primeros pasos de la domesticación. El trabajo, liderado la IMF-CSIC en Barcelona, sugiere que al menos una parte de las cabras del yacimiento neolítico de Kharaysin (Jordania), tenían una dieta controlada, lo que indicaría un posible manejo por parte de los primeros ganaderos.

Un trabajo liderado por Sergio Jiménez, investigador postdoctoral del CSIC en la Institución Milá y Fontanals de Investigación en Humanidades (IMF-CSIC), ha estudiado y comparado la dieta de cabras actuales y cabras del Neolítico en el Próximo Oriente a través del análisis del microdesgaste dental. Los resultados aportan una nueva visión para entender los inicios de la domesticación de este animal hace miles de años.

El trabajo ha analizado la dieta animal de tres especies actuales de cabra salvaje (Capra nubiana, Capra Ibex y Capra pyrenaica) de las regiones del Sinaí y el sur de Jordania, los Alpes y el Sur de la Península Ibérica; así como de cuatro rebaños actuales de cabra doméstica (Capra hircus) de los Pirineos, del sur de la provincia de Tarragona, del sur de Francia y de Argelia. Algunos de los ejemplares de cabras salvajes proceden de la Estación Biológica de Doñana y de la Estación Experimental de Zonas Áridas, ambos centros del CSIC.

Los resultados obtenidos en los análisis de las cabras contemporáneas han sido utilizados después para comparar y caracterizar la alimentación de las cabras hace miles de años, a partir de restos fósiles. Concretamente, se han analizado restos animales de los yacimientos de Kharaysin (Jordania, ca. 8800-7500 cal. BCE) y Tell Qarassa (Siria, ca. 8700-8200 cal. BCE), excavaciones lideradas por Juan José Ibáñez (IMF-CSIC) y Juan Muñiz (Universidad Pontificia de Salamanca) en el caso de Kharaysin, y Juan José Ibáñez, en Tell Qarassa.

La técnica que ha hecho posible el trabajo es el análisis del microdesgaste dental mediante microscopía confocal, un método no destructivo que consiste en el análisis 3D de las microtrazas producidas en los dientes por la alimentación ingerida. Los resultados muestran que la superficie de los dientes presenta diferencias según el tipo de gestión ganadera, pero también entre cabras domésticas y salvajes.

El estudio, que se publicó recientemente en la revista Historical Biology en Open Access, ha contado con la colaboración internacional de investigadores de Argelia y Francia.

La diferenciación entre cabra salvaje y doméstica en esta región del Próximo Oriente resulta difícil en los primeros estadios de la domesticación, explica Sergio Jiménez. “Esto se debe a que los cambios morfológicos y la reducción de la talla en los animales, consecuencia de la intervención humana, aparecen después de varias generaciones y no en las fases iniciales de la domesticación. En este contexto, el estudio de la alimentación animal puede aportar nuevos datos ya que es de esperar que la alimentación de los primeros animales bajo control humano fue diferente que la de los animales salvajes.”

En este trabajo hemos aportado nuevos datos a partir de la alimentación animal. Se ha logrado caracterizar y diferenciar diversas prácticas ganaderas tradicionales, como el pastoreo extensivo en la estepa o en áreas boscosas. Este referencial actual ayudará a definir cómo eran las prácticas de pastoreo en el pasado en futuros trabajos.

También, añade el investigador, se ha podido distinguir entre la dieta de cabras domésticas y salvajes. En particular, “la textura 3D de los dientes de las cabras domésticas es más abrasiva y pulida que la de las cabras salvajes. Varios factores, como diferencias fisiológicas o la selección de los alimentos, podrían explicarlo”.

Los primeros resultados sugieren que al menos una parte de las cabras recuperadas en el yacimiento neolítico de Kharaysin tenían una dieta controlada, lo cual indica un posible manejo por parte de los primeros ganaderos.

Este estudio destaca la importancia de utilizar la etnografía y el análisis en las colecciones actuales de restos arqueológicos conservadas en los museos para entender los procesos del pasado. Los especímenes de cabra salvaje actuales proceden de colecciones conservadas en museos, como el Museé Zoologique de Strasbourg (Francia), o la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC), o la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC). “Estas colecciones son de gran valor y pueden proporcionar información inédita en áreas que van más allá de Biología, como es la Arqueología, gracias al empleo de nuevas técnicas no destructivas, como la del microdesgaste dental utilizada aquí”.

Los autores destacan la colaboración de varios pastores, entre ellos Xavier Minguillón; Aitana Sánchez y Àlex Rubia de la Formatgeria de Gavàs; y Eco Bosc de Miralles, y subrayan que “el trabajo de los pastores de hoy día puede ser una fuente de conocimiento que complementa y enriquece la investigación del pasado”.

Artículo de referencia:

Jiménez-Manchón, S., Gourichon, L., Arbogast, R.M., Evin, A., Meister, M., Muñiz, J., Tekkouk, F., Valenzuela-Lamas, S., Ibáñez, S. 2024. Palaeodietary reconstruction of wild and domestic goats using dental microwear texture análisis. A case study from two early Neolithic sites in the southern Levant. Historical Biology, 1-18. doi: 10.1080/08912963.2024.2359466.

El trabajo estudia el microdesgaste dental mediante microscopía confocal, un método no destructivo que analiza en 3D las microtrazas producidas en los dientes por la alimentación ingerida. Arriba, estudio de un ejemplar de la colección de la Estación Experimental de Zonas Áridas del CSIC.  Imagen: EEZA/CSIC:
rebaño de Xavier Minguillón, en el término de Querol (Alt Camp, Tarragona), de donde proceden algunos de los ejemplares del estudio. Imagen: Sergio Jiménez.

El trabajo estudia el microdesgaste dental mediante microscopía confocal, un método no destructivo que analiza en 3D las microtrazas producidas en los dientes por la alimentación ingerida. Arriba, estudio de un ejemplar de la colección de la Estación Experimental de Zonas Áridas del CSIC.

Debajo, rebaño de Xavier Minguillón, en el término de Querol (Alt Camp, Tarragona), de donde proceden algunos de los ejemplares del estudio. Imagen: Sergio Jiménez.