El pasado 30 de septiembre finalizó el proyecto Las chicas son de ciencias (CSIC4Girls), liderado por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), en colaboración con el Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC-CSIC) y cofinanciado por la FECYT – Ministerio de Ciencia e Innovación. El objetivo del proyecto ha sido el de promover las vocaciones científicas y tecnológicas a través de los valores de la innovación y la creatividad, además de fomentar el pensamiento científico. 

El proyecto, coordinado por la investigadora del IDAEA-CSIC Mar Viana, es el primer proyecto de cultura científica llevado a cabo en este instituto, y debido a la pandemia de la COVID-19 ha tenido que adaptar todas sus actividades a un formato en línea. Este impedimento inicial se convirtió en una oportunidad, ya que se ha podido multiplicar el impacto del proyecto al llegar a un público mucho más amplio repartido por todo el territorio nacional (e incluso fuera de España). 

CSIC4Girls pretende poner en marcha un programa educativo de ciencia y tecnología específico para chicas en etapa escolar, destinado a estimular vocaciones científicas y tecnológicas y a reducir la brecha de género en materia de I+D+i. El proyecto se planteó como un piloto a desarrollar a lo largo de 12 meses, y cuyo objetivo final será la implantación del programa de forma sostenible en años sucesivos en el IDAEA e IQAC, y a largo plazo, en centros del CSIC de toda España. “El programa inspira a las niñas a observar el mundo que las rodea, a probar nuevas ideas y resolver problemas. En definitiva, acercarlas a la ciencia y fomentar su confianza en el uso de la tecnología”, explica Mar Viana

La acción principal del proyecto era el desarrollo de talleres científicos dirigidos a niñas de 6 a 12 años. Los talleres se desarrollaban los domingos por la mañana de manera virtual y las participantes pudieron experimentar de forma lúdica y práctica con diferentes temas relacionados con el medio ambiente y la química. En paralelo, también se prepararon dos sesiones específicas para los padres y madres de las participantes que trataron temas relevantes como el uso responsable de la tecnología y las redes sociales o actitudes para impulsar las vocaciones científicas y tecnológicas en el entorno familiar. 

Cuando las restricciones sanitarias lo permitieron, se llevó a cabo una sesión presencial en la escuela Baloo de Barcelona, y se participó en un evento divulgativo en la Calle Aragó en el marco de la Semana Verde Europea con un taller sobre contaminación atmosférica y el aire que respiramos. 

Ciencia, género y educación

Todos los objetivos que se planteaba CSIC4Girls (científicos, de género y educativos) se han cumplido con éxito. Muchos de los talleres los han impartido jóvenes investigadoras, que pueden transformarse en referentes científicos cercanos. Esto ha ayudado a reforzar la confianza y la autoestima entre las participantes y a fomentar su interés por las carreras STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus iniciales en inglés). Además del diseño e implementación de los talleres, y otras acciones de comunicación, se ha creado el cómic ¿Qué es una científica? con el objetivo de derribar estereotipos sobre niñas y ciencia. 

El mensaje principal del cómic es que no hace falta ser de una manera concreta para convertirse en científica. Miriam Rivera, divulgadora científica especializada en el formato cómic, es la creadora de esta historia. 

El cómic comienza con una niña preguntándose cuánto contaminan los coches y entre otras muchas cuestiones, también le asalta la duda de cómo es una científica. ¿Podría ella llegar a ser una futura mujer de ciencia? ¿Qué necesitaría para conseguirlo? Además de dar respuesta a estos interrogantes, las viñetas presentan a dos grandes personalidades científicas de la historia que a primera vista no parecen tener mucho en común: Albert Einstein, al que todo el mundo conoce, y la popular actriz Hedy Lamarr, una genial inventora que, entre otras cosas, sentó las bases del wifi. Aun así, su faceta científica es poco conocida.

“Lo cierto es que hay muchísimas mujeres científicas con aficiones, personalidades y apariencias distintas que estudian áreas de conocimiento muy diferentes. El mensaje que nos gustaría que les llegara a las niñas es que puedes ser tú misma, tener curiosidad e intentar encontrar respuestas a esas inquietudes, y que, si es lo que te gusta, eso es lo que necesitas para empezar tu camino, y cuando seas mayor, puedas ser científica”, señala Rivera.

El resultado final es un cómic con un alto contenido divulgativo, visual y atractivo, que, además de lanzar este mensaje a las niñas, también lo hace llegar a sus madres, padres y tutores, así como al público en general. La publicación está disponible para su descarga de manera gratuita en la web del proyecto.

Las encuestas realizadas a las y los progenitores de las participantes han puesto de manifiesto que este proyecto ha ayudado a que sus hijas aprendan nuevos conocimientos y a que muestren más interés por la ciencia y la tecnología. Además, todos los que han respondido a las encuestas han valorado de forma positiva esta iniciativa y consideran necesarios más proyectos de este tipo para impulsar el talento femenino y las vocaciones científicas y tecnológicas.

El proyecto “Las chicas son de ciencias (CSIC4Girls)” (FCT-19-14462) está financiado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y el Ministerio de Ciencia e Innovación.

Ana Sotres / IDAEA-CSIC Comunicación

Instituto de Análisis Económico (IAE)

Una de las participantes del proyecto CSIC4Girls realiza un experimento en línea.

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